Olga huye y Diego se reafirma en creerla culpable del robo, y así se lo dice a Blanca. La marquesa presiona a Úrsula para que descubra el paradero de la tiara. Samuel recibe una carta de un joyero: el ladrón se ha puesto en contacto con él y Samuel está dispuesto a ir en su lugar. Rosina, destrozada, despide a todos los invitados al ágape... Y también echa a Liberto de la casa. El buen trabajo de Susana y Adela con el manto de la Virgen hace que el obispado no solo acceda a que la procesión pase por Acacias, sino que encarga en la sastrería un trabajo para el Vaticano.