Úrsula se entrega en comisaría, asegura tener coartada el día que Tirso murió. Adela se sincera con Simón y le cuenta que su padre la separó del hombre al que amaba: Carlos. Simón propone a la monja salir en su búsqueda y cerrar así esa herida del pasado. Ramón comunica a su familia la compra del Colegio Carlota de la Serna. Celia, feliz por el buen hacer de Simón en la recepción de los italianos, decide contratarle. Antoñito, destrozado por los desplantes de Lolita, decide aceptar el dinero de los criados. Úrsula presenta a Méndez su coartada: su propia hija, Blanca, que está ingresada en un sanatorio. Teresa y Mauro encuentran los cadáveres de Germán y Manuela en el sitio que Úrsula les había referido.