Teresa les cuenta a Cayetana y a Fernando que ha visto a Mauro entre la gente. Fernando le pide a Teresa que levante cabeza y que se prepare para dar clases a Tirso.  Fernando acierta con su técnica, ya que el niño alegra la vida a la chica. Teresa parece recuperada tras su rato con Tirso, pero de pronto el niño parece encontrarse mal: parece que se ha quedado ciego.  Servando acuerda con Martín asaltar los restos arqueológicos y ambos cogen del foso de la portería una antigua vasija llena de monedas.