Manuela llega a casa de la señora Vizcaíno, que acaba contándole que su hija está muerta.  Maximiliano y el señor Castaño acuerdan seguir adelante con la pedida, a pesar de Leonor. Maximiliano se siente culpable por someter a su hija. Celia y Felipe anuncian ante los amigos el embarazo.