Casilda anuncia a Rosina que su intención es dejar de servirla y montar un negocio propio. Mientras tanto, Lolita le aclara las cosas a Ramón: ella tiene derecho a rehacer su vida y Fidel, también. No están haciendo nada malo ni deshonrando a sus muertos. Hortensia está decidida a contarle a Pascual el gran secreto de su pasado. Susana y Armando aparecen por sorpresa en Acacias y se reencuentran con sus queridos Rosina y Liberto. Un hombre misterioso llega a la calle Acacias: es el mismísimo Aurelio Quesada, que ha vuelto de entre los muertos dispuesto a acabar de una vez por todas con Genoveva Salmerón.