¡Lolita despierta en la cama del hospital! ¡Y con buen apetito! Ramón y Cajal corrobora la recuperación de la mujer. Antoñito no puede ser más feliz, pero ella marca distancias: una cosa es que le haya perdonado y otra que haya olvidado. La historia de Aurelio, que le exculpa de la muerte de Carlos Armijo, cala en Anabel. Soledad, por mandato de Marcos, indaga en el cambio de humor de la muchacha sin mucho éxito. Bellita no soporta a Jaime Huertas, el escritor en la sombra de sus memorias. Jose acata los deseos de su esposa y va a comunicar a la editorial que no va a haber libro. Susana entre la sorpresa y la indignación por la noticia de la boda del Duque de Swarowski, su Armando. Aurelio mira con reticencia la buena relación entre Genoveva y su hermana, sabe que la señora no da puntada sin hilo y teme que pueda perjudicarles. Miguel, al tanto de la conversación entre Aurelio y Anabel, pide cuentas a la muchacha. Y todo deriva en una fuerte discusión que promete ser el fin de su