Felipe y Genoveva hacen que incluso el viaje a Toledo sea en sí mismo una luna de miel, ajenos a que dos encapuchados les siguen en su camino.
Aurelio evita el enfrentamiento con Miguel, y ambos hacen las paces. Sin embargo, Roberto previene a su nieto contra el criollo, no es de fiar.
Jacinto rechaza irse a cantar fados a Portugal, tal y como propone Servando, porque eso le alejaría todavía más de su Marcelina. Fabiana queda encandilada con la música de un saxofonista, Baltasar Zamora, recién llegado a Acacias.
Antoñito celebra haber aceptado el cargo político que le ofrecieron, sin darse cuenta de que un desconocido le observa en la distancia. La salud de Lolita se resiente todavía más y accede volver al médico para descubrir el origen de sus males.
Felipe y Genoveva son secuestrados por unos salteadores de caminos.