Susana, preocupada por Liberto, pide ayuda a los Palacios y a Casilda para que le vigilen y levanten el ánimo de su sobrino.
Los Domínguez, al saber que Angelines está en la ciudad, intentan animar a Cinta llevándola a clases de canto. Emilio, como alma en pena, pasea con Angelines, ante las miradas de extrañeza de los vecinos.
Genoveva cambia de estrategia con Alfredo y le pide perdón; a partir de ahora acatará las decisiones de su marido. Úrsula sigue jugando a dos bandas con sus señores.
Felipe y Marcia comienzan una relación secreta.