Nuestros palistas siguen remando Duero abajo ya íntegramente en tierras portuguesas. Las mayores dificultades se presentan al sortear las esclusas del camino. La presa de Carrapatelo es una de las mayores del mundo y la más alta de Europa. Se proponen el reto de pasarla sin desembarcar, salvando el desnivel de 35 metros a bordo del K2. Después de bajar en este impresionante ascensor, aumenta la corriente y la velocidad. A medida que se acercan a Oporto aumenta el oleaje que producen las embarcaciones y la inestabilidad del K2. El emblemático puente Luiz I es el punto final de la aventura. Con la satisfacción de haberla culminado se reavivan los deseos de emprender una nueva empresa.