Detectar mentiras, defender una planta industrial contra todo tipo de amenazas, grabar cada rincón del cuerpo humano, neutralizar los intentos de los malhechores de arrebatarle el control de su auto… Hay quien puede idear y producir tecnología capaz de lograr todo eso y mucho más: son los jóvenes científicos rusos, que aspiran a convertir los últimos avances científicos en milagros cotidianos, tan sencillos –en apariencia– como necesarios.