Si ser inmigrante es una aventura, serlo en Rusia es una aventura doble. Tres latinos eligieron cruzar el océano y descubrir una nueva tierra, buscando alcanzar un sueño entre millones de moscovitas. Era, a todas vistas, un gran desafío. Pero algo está claro: luego de esta aventura, nada volverá a ser igual en sus vidas.