Cuando se habla de los palacios de los zares, se nos viene a la mente la ciudad de San Petersburgo, capital del Imperio ruso durante más de 200 años y, por lo tanto, con numerosas residencias de los Románov. Pero Moscú también puede presumir de espléndidos palacios, aunque no tan conocidos. Erick averigua cuáles son los más destacados, quién era el arquitecto favorito de la emperatriz Catalina la Grande y por qué la enojó, y qué fantasmas se aparecen entre los lujosos restos del Imperio ruso.