La tradición de sentarse a la mesa acompañado de un buen té es bastante común entre los rusos, y Erick vaya si se ha adaptado a dicha costumbre. Pero el detalle que lo conquistó no está en la bebida, sino en aquello con lo que se acompaña… es decir, los chocolates, dulces y pasteles, entre tantas otras delicias. Descubre cómo se convirtió Erick en un amante de la tradición del té y todo un ´gourmet´ de la confitería.