El hospital Kommunarka de Moscú está al frente de la lucha contra el covid-19 en Rusia, y aunque cuenta con modernos equipos médicos, su gran baza es la gente que trabaja en él: han perdido la cuenta de las horas que pasan en el trabajo y han alejado de sí a sus seres queridos ante el riesgo de contagio, pero rebosan de orgullo por lo que hacen. Saben que en esta situación inédita todas las miradas y toda la confianza están puestas en ellos, así que el miedo y el desaliento están descartados.