A veces, el corazón y la tumba de un soldado muerto en batalla puede impulsar la relación de amistad entre dos pueblos antaño enemigos. El general Gudin, gran amigo y compañero de armas de Napoleón, halló la muerte en combate en 1812 en las proximidades de Smolensk, en Rusia. Su corazón fue repatriado, pero de su sepultura se perdió el rastro. Dos siglos después, un equipo de arqueólogos franceses y rusos declaró que podrían hallarla. Pero, ¿qué significado tiene este hallazgo para ambos países?