Los padres adolescentes tienden a abandonar la escuela, dañando seriamente sus perspectivas laborales y aumentando sus posibilidades de entrar en la cárcel. Aunque muchos tratan de proporcionarle una vida decente a sus hijos, las relaciones rotas y las dificultades para encontrar un trabajo adecuado con el que ganar suficiente dinero suponen una lucha constante por conseguir estabilidad para sus seres queridos.