Gran parte de El Salvador es presa de la violencia. Su territorio se lo reparten dos bandas enfrentadas que reclutan niños desde los ocho años y muchos no ven más salida que unirse a ellas y participar en sus crímenes. Sin embargo, algunos jóvenes y exmiembros de estas pandillas encuentran refugio en un cuerpo voluntario de primeros auxilios, los Comandos de Salvamento. Cuando se trata de salvar vidas, estos valientes paramédicos acuden a barrios donde ni siquiera la Policía se atreve a entrar.