Colombia camina hacia la paz con pasos indecisos. Y mientras el país no acaba de decidirse por el camino a tomar, miles de colombianos siguen viviendo en la selva como miembros de las FARC con la esperanza de poder incorporarse en breve a la vida civil y dejar atrás una guerra que dura ya más de medio siglo. Pero en sus vidas no solo hay armas: hay familia, amor, amistad. Hay arrepentimiento y hay orgullo. Y sobre todo, hay un estilo de vida diferente al que la mayoría de la gente conoce.