El desierto de Danakil, en la frontera entre Yibuti, Etiopía y Eritrea, es el desierto más caliente y tóxico de la Tierra. Esta árida región es propensa a la actividad sísmica y abundan los volcanes activos. Pero a pesar de las dificultades que plantea, todavía existe una ruta comercial en este lugar mortal.