Tras la intervención de Ángel, que ha llegado en el último momento con la licencia salvadora, el San Pancracio abre sus puertas y la inauguración es todo un éxito. Al hijo de la Echegaray, la idea le cuesta una lógica bronca de su madre, pero él se emociona con el agradecimiento de Be. El tierno momento entre los hermanos lo interrumpe una llamada anónima a la redactora: alguien que dice saber quién encargó el robo Kaussman...