Diego y Adri, resignados a no ser capaces de encontrar una boda que les guste a ambos, deciden casarse por lo civil y sin ningún tipo de celebración, aunque ella no está convencida de seguir adelante. Ángel y Alicia temen que Be acabe averiguando que fueron ellos quienes encargaron el robo. Enterado de los problemas de juego de César y de su necesidad de dinero, Ángel le pedirá que le informe de los movimientos de su hermana a cambio de un pago sustancioso.