Roberto y Aníbal siguen adelante con su plan y llegan al restaurante con Sosinho. Sin embargo, ante la aparición del verdadero Vanderley, Roberto se ve obligado a engatusar al futbolista y a su representante para llevárselos a otro lugar. Gracias a su triquiñuela, Aníbal consigue quedarse a solas con Be, quien termina por morder el anzuelo.