Chispa y Bulma son dos perras con altas dosis de agresividad que necesitan reeducarse para poder convivir con sus dueños. Borja Capponi utiliza diferentes técnicas para poder rehabilitarlas.Fernando, el dueño de Chispa, la encontró debajo de un coche llorando mientras él iba paseando por la calle. La recogió, la fue a llevar a la perrera, pero en el momento de dejarla, le dio pena y se la quedó. Chispa tuvo un cachorro, Bulma y las dos son clones y repiten los mismos patrones de agresividad.