Mientras sus vidas se desmoronan, Candela y Massimo solo piensan en su amor. El deseo de reencontrarse les lleva a tomar una decisión precipitada y viajar a la vez: ella a Roma y él a Sevilla. Tras descubrir que la bailaora no se encuentra en la capital hispalense, el empresario romano aprovecha para conocer a la familia de Candela y visitar el barrio en el que vive.