Lina, una paciente de unos 50 años, se queja de que ha sufrido abuso sexual mientras estaba sedada. Los médicos lo achacan a la anestesia, que suele provocar sensaciones extrañas. Santiago, muy preocupado, quiere que vigilen a Lina, que va a poner una denuncia. Cristina le convence de que no lo haga, aunque tiene la intuición de que la señora puede estar en lo cierto. Patricia es otra paciente que sigue en coma. Cuando Laura le va a hacer unas pruebas, descubre que la enferma ha sido violada.