Carlos despierta del coma con amnesia, por lo que no reconoce ni siquiera a Laura. La doctora aguanta con entereza, no sólo la falta de memoria de su novio, sino las pocas esperanzas que le dan los neurólogos de que vuelva a caminar. Pero la tensión finalmente estalla y Laura desahoga su desazón con Ricardo, el padre de Carlos, que acaba de salir de la cárcel.