Vilches tiene que enfrentarse a una difícil decisión como padre frente a la anorexia de su hijo Alejandro. Una carta remitida desde la India para Nuria, revela a Aimé la estrecha relación que su hija mantenía con Rinku, una niña apadrinada a través de una ONG. Ajena al triste final de la familia de Aimé, Rinku se pregunta por qué ha dejado de escribirle y le pone al día de las pequeñas novedades de su vida en su ciudad.