Tony se queja de que la sala de masajes se ha convertido en un trastero desde que no se utiliza. Cuando los clientes del gimnasio se enteran deciden almacenar sus cosas, algo que le sienta muy mal a Tony. Pero pronto el socio del gimnasio, se dará cuenta de que su padre, Antonio, cobra a los deportistas por el uso de la sala. ¿Cómo acabará esta historia?