En este capítulo, Frank sufre uno de los mayores sustos de su vida. Se distancia durante unos momentos de Santi, su cámara, y Nacho Medina, el redactor que le acompaña. A los pocos segundos, sus gritos hacen que sus compañeros salgan corriendo en su ayuda. La sorpresa es mayúscula: una enorme pitón se entrelaza en el cuello del aventurero cortándole la respiración.