Pablo ya ejerce en su nueva consulta, situada en la casa de su amigo Mario, con el que comparte vivienda. Además, el fisioterapeuta cuenta con Lola, su antigua paciente y ahora amiga y recepcionista, que le ayudará a ordenar tanto su agenda laboral como su ajetreada vida personal. El primer paciente de Pablo será un mendigo que ha sido apaleado por unos gamberros. El hombre ha venido acompañado por Sandra, una vieja conocida del fisioterapeuta, ya que se ha sentido en deuda con él al haberla defendido de los malhechores.