Alba toma contacto con los espíritus de tres adolescentes encerrados entre los muros de una vieja casa desde los años cincuenta que no están dispuestos a abandonar el lugar que hasta ese momento ha sido su hogar. Alba intenta llevar a estos niños perdidos hacia la luz con la ayuda de Pablo, ya que Gabriel parece haber desaparecido, al igual que Nuria. Alicia también querría desaparecer: las consecuencias de su predicción, difundida por Internet, y la posterior muerte de Mario son muy dolorosas.