La policía encuentra el cadáver de un hombre al que le había sido amputada la mano a la que tenía encadenado un maletín que portaba dinero procedente de una venta de joyas. En el momento del asesinato apareció un falso vendedor de cupones que huyó despavorido ante la masacre, pero la víctima aún tuvo tiempo de arrancarle unos cupones de la solapa.