La historia de Ricard Camarena no es vocacional, el chef llegó a la cocina por casualidad. Antes de cocinero fue músico o picó piedra, pero como solo disfrutaba cocinando para sus amigos, decidió estudiar cocina. Empezó regentando el chiringuito de la piscina municipal de su pueblo y hoy pasea dos estrellas Michelín y es el último ganador del premio nacional de gastronomía.