A Bittor Arginzóniz, el chef de Etxebarri, le han descrito como "el cocinero que ha conseguido dominar el fuego" porque es el mejor parrillero del mundo y ha sido capaz de asar ingredientes tan atípicos como angulas o yemas de huevo. La suya es la historia de alguien que quiso montar el mejor asador de Euskadi y que, sin proponérselo, consiguió el tercer mejor restaurante del mundo.