Junto a la ribera del Río Guadajira encontramos Solana de los Barros. En esta población de tierras ricas vive Cayetano, un hombre de campo que madruga cada día para ir con sus burras al huerto. Quién está enamorado de la naturaleza, pero en miniatura, es Antonio. En la terraza de su casa esconde un jardín de bonsáis. Entre banderín y capoteo conoceremos a Antonia, dedicada a la educación pero rendida a los pies de un torero. Pasaremos por la Cooperativa de La Solana para ver el proceso tradicional de preparación de aceitunas y no nos iremos sin que nos deleite con su música la rondalla.