María Jesús, una piornalega de adopción, nos cuenta el motivo que da nombre a esta localidad cacereña, la más alta de toda Extremadura.
“Antiguamente había muchos piornos, una planta parecida a la escoba, de ahí el nombre del pueblo” explica María Jesús mientras señala que la mayoría de las casas del municipio eran de supervivencia.
“Este era un pueblo pobre, pero se han empezado a hacer casas bonitas”. En el camino de esta vecina a su casa tras realizar la compra conocemos a Castor, un hombre de pocas palabras que viene del campo.