Hace 33 años que Mari está al pie del cañón en su pastelería de Brozas, y ahora que su hija acaba de ser mamá, ha vuelto a tomar las riendas para seguir elaborando las recetas que aprendió en su juventud de un maestro pastelero: torrijas rellenas de almendra, palmeras de yema, donut caseros, ensaimada de coco y crema, y como no, los riquísimos dulces típicos extremeños.  En su pastelería "todo es manual, porque no entra nada de fuera, todo lo fabrico yo", desde montar las yemas o la nata a mano, hasta la elaboración del hojaldre y el almíbar de sus pasteles. De esta forma, no es de extrañar que las típicas galletas rizadas extremeñas de Mari tengan tantos adeptos en el pueblo.