"Las cuatro primeras sillas que hice fueron las de mi madre que estaba esperando a algún tapicero ambulante, luego a una amiga de ella le hice los sillones, y así empecé. He aprendido por mí mismo". Estos fueron los primeros trabajos de Juan Antonio, conocido como "El Tapi", un tapicero autodidacta que durante sus 38 años de recorrido ha llegado a tapizar un encargo en París.
Eso sí, siempre fiel a su filosofía de "vive y se feliz" que el mismo pintó en su entrada bajo el lema de Hakuna Matata.