Marisa se considera una afortunada porque a sus 32 años puede trabajar en su pueblo haciendo lo que más le gusta, disfrutar de la naturaleza. Ella es la guarda forestal de la localidad y mantiene las cuevas de Fuente de León. Además, en sus ratos libres ayuda a su padre a hacer carbón. Francis tiene 37 años y su hobbie es guiar al grupo de danzarines que procesiona todos los años en El Corpus. Con Manolo probamos el ciego, un morcón típico de la gastronomía fontañesa, y Rafael nos desvela a qué dedica su tiempo el zapatero jubilado de la localidad.