“Durante El Ramadán pensamos mucho en comida para comer por las noches”, y luego ni si quiera nos la comemos toda”, nos explica Fátima, que nos prepara además unos ricos dulces marroquíes. “Durante un mes, y desde las seis de la mañana hasta las nueve y veinte de la noche estamos sin comer”, nos cuenta esta musulmana afincada en Majadas de Tiétar.