Hoy visitamos el pueblo de los casitos y casitas, situado en plena reserva de la biosfera de Monfragüe y donde en honor a su gentilicio tienen unas casas espectaculares. Como la de Cuca, que restauró la vivienda más antigua del pueblo y ahora se han venido de Madrid sus dos hijas, su yerno, y hasta su pequeño nieto Ezequiel para volver a vivir todos juntos en Extremadura. Quien también vive muy feliz aquí es Dionisio, joven ganadero que tiene más de 200 cabras y que se entretiene poniéndoles nombre y aprendiendo mucho de ellas. Y es que aquí nadie deja de aprender, como Juliana e Isabel, dos conocidas reposteras caseras que todavía siguen mejorando su receta, cada día añadiendo un poco más de humor. En este pueblo juegan a la petanca, hacen braseros de picón y sus mujeres no olvidan los oficios en los que trabajaban sus madres y abuelas: hacer queso y jabón manualmente, ¡o hasta varear colchones de lana!.