En plena Sierra de Pela, y muy cerca del Embalse de Orellana, descubrimos a los vecinos de Casas de Don Pedro y sus aficiones. Conocemos al campeón de billar de Extremadura y a Manolo, que revitaliza el pueblo con el flamenco. Ramón y Amalia recuerdan con nosotros su oficio de hortelanos. Con la panadera comprobamos como los chinchorreos siempre pasan por su despacho y conocemos a Sara, una pequeña que ya empieza a tener destreza con el acordeón.