“Había un poquito de nervios porque había que hacerlo con prisa y a oscuras”, nos cuenta Esteban, uno de los muchos extremeños que ejerció el contrabando durante los duros años de postguerra. Una práctica muy común durante esta época que completaba las rentas de las familias y sirvió de sustento para muchos en pueblos fronterizos como Valverde del Fresno.
El tabaco y el café eran las principales materias con las que se traficaba, y el caballo y la manta los fieles compañeros de contrabandistas como Esteban, que a sus 68 años nos recibe acompañado de la Asociación de Amigos del Caballo, para recrear como era la preparación antes de comenzar el camino.