Con la escopeta cargada y afinando la puntería llegamos a Ahillones, un pueblo de casi 900 habitantes, que cuenta con un campo de tiro gestionado por Juan Luis, el vecino más carismático del pueblo. Aunque a carisma no hay quien gane a ‘La Angelita’, la oveja que Miguel Ángel ha criado desde pequeña y que es conocida por todos los pahilones. Nuestro recorrido continúa en el taller de Yuli, una joven colombiana que está haciendo una réplica de un cuadro de Picasso con la técnica del patchwork sin aguja y, entre fogones, pillamos a Ina, la cocinera del alojamiento turístico que nos cocina unas riquísimas setas en caldereta. Nos ponemos en marcha para disfrutar del paisaje de la Campiña Sur y descubrimos una verdadera historia de amor, mientras compramos unos tomates ecológicos en el mercadillo local.