Muchas críticas apuntan a que los extremeños deberíamos ser más responsables con nuestro trabajo y adoptar las formas de trabajar de los europeos. Pero, ¿qué precio pagaría nuestra forma de vida si nos convertimos en “germanos”?
Éste es un hecho que no sólo afecta al trabajo, sino también a una manera de vivir que difiere mucho entre el modelo europeo y español. Pero, ¿es tan idílico el modelo alemán como se nos quiere vender? ¿Qué hay de cierto en esta afirmación e mito sobre los españoles y cuánto de mito?