Cada vez es mayor el número de jóvenes que sobrepasa los treinta y viven en casa de sus padres. Algunos son jóvenes sobrecualificados que no consiguen acceder al mercado laboral, otros trabajan pero prefieren no renunciar a las comodidades o ventajas que les aporta vivir con papá y mamá. ¿Hemos sido demasiad protectores con nuestros hijos? ¿No han sabido valorar lo que tienen dado que le han dado todo aquellos que sus padres no tuvieron? Objetivo enfoca en la llamada generación perdida a través de los ojos de sus padres.