Antonia a sus ochenta años nunca ha dejado de hacerse una pregunta: ¿por qué sus padres no la quisieron? Vivir alejada de su familia marcó su infancia, sus tíos se convirtieron en sus ángeles de la guarda. María Jesús lo pasó muy mal cuando la despidieron estando embarazada. Tras años de pleitos, el Tribunal Constitucional falló a su favor. Hoy se siente muy orgullosa de haber luchado por sus derechos. Rosario está cumpliendo su sueño, por fin ha logrado subirse a un escenario. La copla es su vida.