Ana Pecos continúa su viaje y conoce a tres extremeñas excepcionales. No es una casualidad que Maribel sea una de las voces que ayuda tras el Teléfono de la Esperanza, ella también necesitó que alguien la escuchara.
Superar una traumática relación y una enfermedad grave han hecho que esta pacense mire a la vida de manera diferente.
En las Hurdes, conoceremos a una trabajadora incansable que siente pasión por la miel. Felicidad no concibe la vida sin su oficio y a diario intenta trasmitir a los suyos la importancia de sentir lo que uno hace. La maternidad ha sido para Maruja el centro de su vida. Ha sacado adelante a sus diez hijos pese a que tuvo que enfrentarse muy joven a la viudedad y a la falta de dinero. Hoy no quiere acabar sus días en una residencia y ha aprendido a disfrutar de las cosas más sencillas.