Ana Pecos continúa su viaje y conoce a tres extremeñas excepcionales. Marisa pasó a la historia del deporte extremeño cuando en 1996 logró ser la primera mujer extremeña en competir en unos Juegos Olímpicos. Consiguió cumplir su sueño y alcanzar las marcas para ir a Atlanta aunque no lo tuvo fácil. Entrenaba sola y con pocos medios, también tuvo que afrontar una bulimia nerviosa que superó con perseverancia y fuerza. Angy se enfrenta a diario con situaciones límite pero no le teme a nada. Ella es trabajadora social por vocación, le gusta el trabajo de campo y acercarse a los problemas de las personas. Con ella compartiremos una de sus jornadas con colectivos desfavorecidos y comprobaremos como su cercanía y compromiso alivian a muchos. Tía Cándida va camino de los 102 años y aún mantiene una memoria prodigiosa y un excelente sentido del humor. Nos contará cómo eran las costumbres de la mujer a principios del siglo XX y veremos cómo ha evolucionado el universo femenino.