El Barroco, un movimiento artístico eminentemente religioso, dejó auténticas joyas en Extremadura. ¿Sabías que en esta época se construyeron las cuatro famosas torres de Jerez de los Caballeros, santo y seña de la localidad? Gracias a la pujanza económica de Jerez en esta época, sus barrios 'compitieron' para que la torre de su parroquia fuera la más bella de la localidad. Pero este estilo también se manifestó de manera profusa en nuestra región durante el XVII y la primera mitad del XVIII y encontró, sobre todo, su lugar en los templos sagrados. Tenemos ejemplos como los conjuntos pictóricos de la ermita de Nuestra Señora del Ara de Fuente del Arco, el de la ermita de Nuestra Señora de Belén en Cabeza del Buey o el del Camarín de la Virgen de Guadalupe, así como el de la gran pinacoteca del Convento de Monjas Agustinas de Serradilla. Pero el barroco trasciende el arte sacro y también deja su huella en la arquitectura civil, con monumentales casas solariegas y palacios, algunas radi